Alma Mahler: Una mujer adelantada a su época
(Texto para el concierto de mujeres compositoras del 3 de abril de 2019 a las 18:00 horas)
Alma Mahler-Werfel, nacida como Alma Margaretha Maria Schindler en Viena en 1879, era hija de la cantante Anna von Bergen y del pintor Emil Schindler. Creció en un entorno privilegiado que frecuentaban grandes artistas, como Gustav Klimt, y empezó a componer a los 9 años.
A los 21 años, siendo ya una notable pianista, comenzó a estudiar composición con Alexander Zemlinsky. Compartían su admiración por los poemas románticos de Richard Dehmel, que se inspiraba en músicos como Arnold Schoenberg, Richard Strauss, y Richard Wagner, al que ambos llamaban el genio más grande de todos los tiempos.
Fue por entonces cuando conoció al que sería su marido, el bohemio de origen judío Gustav Mahler, 20 años mayor que ella. Se casaron en 1902 y su carrera se vio truncada cuando su marido insistió en que dejara la composición, a lo que ella terminó cediendo. Él opinaba que los matrimonios de compositores, al estilo de Robert y Clara Schumann, eran ridículos y degradantes. Así que insistió hasta que ella decidió vivir sólo para él. Alma había tenido citas con hombres mucho mayores que ella, quizá esperando sustituir al padre artista que perdió con 12 años. Así que se convirtió en su copista, cosa que no la satisfizo, y esta disconformidad se fue tornando en resentimiento dentro de la pareja.
En 1902 nació su hija María y en 1904 Anna. María murió de escarlatina y difteria en 1907. Alma culpaba a Mahler de haber «tentado al destino» en sus “Kindertotenlieder”, las Canciones a la Muerte de los Niños. Esto minó aún más el matrimonio, hasta que en 1910 tuvo un affair con el arquitecto y fundador de la Bauhaus Walter Gropius. Gustav llegó a la conclusión, quizá tras sus visitas al psicoanalista Sigmund Freud, de que prohibir componer a Alma estaba destrozándolas a ella y a su relación.
Así pues volvió a su carrera, ahora con el beneplácito de su marido, y tomó 5 canciones de sus inicios, incluida “Die stille Stadt”, para publicarlas conjuntamente bajo el nombre de “Fünf Lieder”. En esta pieza podemos escuchar como el piano emula los cantos tiroleses en ecos de la linea vocal, tomada de un poema de su admirado Dehmel.
En 1911 muere Gustav. Alma empieza una relación con el pintor Oskar Kokoschka, que la había retratado con anterioridad, y que se mandó hacer una muñeca de tamaño real para recordar a Alma con todos sus detalles.
En ese mismo año, Alma fue asistente por un tiempo del biólogo y músico vienés Paul Kammerer, quien dos años atrás había comprobado con sus experimentos sobre sapos parteros que una característica adquirida estaría siendo transmitida directamente a los descendientes. «¿Y qué podía esperarse del experimento que reúne a dos amantes en la soledad de un laboratorio de biología?” El amor nació entre ellos y por supuesto resultó tormentoso. Cuenta la historia que en algún momento de la relación, presa de la fiebre y el arrebato de la pasión, Paul Kammerer le aseguró a la bella Alma que se dispararía a sí mismo frente a la tumba de Gustav Mahler si ella no consentía en casarse con él”. Le duró poco el arrebato y cambió sus intenciones.
“Vier Lieder”, su segundo tomo de canciones, se publica en 1915, y se casa con Gropius, con quien tiene a su hija Manon en 1916. Pero él debe servir en la Primera Guerra Mundial, y acaban divorciándose en 1920. Manon murió en 1935 de poliomielitis.
En 1915 visitó Berlín donde conoció los poemas “Der Erkennende” del novelista, también judío, Franz Werfel. En ellos se inspiró para las piezas de su tercer trabajo, “Fünf Gesänge”, publicado en 1924. En 1917 conoce al poeta y comienza una relación con él, quedándose encinta. El niño, Martin Carl Johannes, nació prematuramente y murió a los diez meses. Se casan en 1929 y huyen del régimen nazi por Francia, los Pirineos, España y Portugal hacia Los Ángeles, en los Estados Unidos, en 1940. Convivieron 30 años, hasta la muerte de Werfel en 1945.
En 1947 Alma viaja a Europa, donde encuentra su casa y sus manuscritos destruídos. A su regreso a Nueva York continúa publicando, y muere a los 85 años de edad, en 1964.
En sus canciones se revela la verdadera naturaleza de Alma, melodramática, compleja, contradictoria, erótica, mística, romántica. Las líneas vocales son declamadas y se adaptan a los ritmos hablados. El piano le da dramatismo a las canciones por medio de acordes que recuerdan a Brahms y Liszt, con acompañamientos complejos, texturas densas…
La historia no siempre fue amable con nuestra compositora, de la que se hablaba más por sus relaciones amorosas (Caruso, Giacomo Puccini) que por su obra.
Su particular historia fue objeto de burla en la canción de Tom Lehrer Alma, en la que Gustav Mahler canta sobre ella: «ésta es la dama que debo poseer”. También comentó sarcásticamente acerca de cómo aparecería su obituario en los diarios, con una larga lista de nombres masculinos. La discutible fidelidad de sus recuerdos ha dado lugar a lo que los musicólogos denominan el Problema de Alma.
Como musa de sus parejas, inspiró sinfonías, cuadros y poemas. Trabó amistad con cualquiera que fuera alguien en el mundo artístico.
Pero de ella tenemos sólo 14 canciones, su diario, sus propias memorias (Mein Leben), algunos escritos y la certeza de que fue una mujer adelantada a su tiempo.
Referencias:
https://en.wikipedia.org/wiki/Alma_Mahler