Hoy he fregado el suelo de toda mi casa. A la mayoría le puede parecer algo de lo más normal, pero para mí no lo es. Cuando se vive con Fibromialgia, la tarea más normal se convierte en algo casi imposible de realizar.
Algunos pueden pensar, «bueno si yo lo hago todos los días y también me canso, ¿que te pasa a tí? ¿eres gandula?».
Lo que me pasa es que tengo fatiga crónica, dolores por todos lados, una sensación que te tira para abajo cada vez que haces un esfuerzo, contracturas musculares continuamente, la sensación de desmayarse, vértigo, migrañas, cólicos, hormigueos … y así no se puede hacer todo en la vida. Así que muchas de las tareas de la casa nos las tenemos que compartir entre mi marido y yo, y aunque él tiene mucho (pero mucho) trabajo, pues saca fuerza y tiempo para que no desaparezcamos entre la mugre. Dirás que es lo normal, que hay que compartir las tareas, pero en nuestro caso él trabaja fuera de casa (y dentro sigue trabajando) y yo por mi enfermedad, muchos días no puedo hacer ni lo de casa. Y salir a la calle, a veces.
Y ahora otros pueden pensar, «pues a esa casa tan sucia yo no voy». Bueno, pues no vengas, jajaja. Mi casa no está perfecta, intentamos que esté bien para vivir nosotros, que ya es bastante. Aunque si vienes tampoco es que te vaya a poner a limpiar, jajajajaja.
Este blog tampoco está muy limpio que digamos, no le puedo dedicar mucho tiempo y esfuerzo por lo que ya sabemos, pero te aseguro que todo lo que hago y comparto lo hago de todo corazón. Quiero que se sepa que es muy complicado vivir así, que cuando me encuevo en casa no estoy descansando y haciendo cosas agradables, no, la mayoría del tiempo estoy sufriendo, pensando en tantas cosas que quisiera hacer y no puedo.
Por eso suelo decir a las personas de mi alrededor: «por favor, tú que puedes, hazlo, vive, sal y haz cosas, disfruta, aprende, vive, sueña, camina, viaja, ama, VIVE»
Y si puedes, friega el suelo de tu casa, te evitarás alergias.